Hugo Videla, Jefe del Departamento Antipiratería de SADAIC, afirmó que 7 de cada 10 discos que se venden en Argentina son “truchos”. También aseguró que se realizan alrededor de 400 procedimientos por mes para desmantelar la venta ilegal de cd’s en la vía pública. Por otro lado, Cecilia Sívori, encargada de prensa y comunicación de CAPIF, confirmó que la venta de álbumes en Argentina cayó un 43%; y en internet, el nivel de ilegalidad ascendió al 99%. Debido a esta situación, los compactos representan sólo el 8% de las ventas de la cadena de disquerías Musimundo. Además, Adrián Barilari, cantante de Rata Blanca, editó en el sello independiente Don’t Pay Music y compartió gratuitamente en la red su tercer trabajo de estudio.
Pasada la época dorada del vinilo, del casete y del disco compacto, Napster, el primer servicio de distribución de archivos de música en la web, inauguró en el año 2000 la descarga de material por internet; y lo que sería el primer vestigio de piratería. Entre otros desafíos legales, el más importante que debió que afrontar fue contra la banda de heavy metal, Metallica. Luego de que circulara por Napster la canción I Disappear y sonara en varias estaciones radiales norteamericanas antes de que fuera distribuida oficialmente, el grupo estadounidense demandó al programa por violación a los derechos de autor. Actualmente, en nuestro país, la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC), a través de su Departamento Antipiratería, intenta frenar el avance de la venta ilegal de música, que representa el 70% del mercado físico, tanto en la calle como en la red. Este panorama llevó a Musimundo, hasta hace unos años la cadena dedicada a la comercialización de cd’s más grande del país, hoy devenida en tienda de electrodomésticos, a vender la empresa y a cambiar su estrategia comercial.
Difusión independiente
En estos tiempos están en auge los sitios de distribución legal de música paga, como iTunes. También hay variantes sin costo, como Spotify, pero con limitaciones. Desde mayo pasado, la página sólo permite diez horas gratis de reproducción al mes y no se podrá escuchar una canción más de cinco veces; excepto a que se suscriba a Spotify Premium o Unlimited por menos de diez euros al mes. Sin embargo, existen otras variantes para poder disfrutar la obra de un artista de manera gratuita y sin tener que volcarse a la piratería.
Muchas veces, la publicación de material musical en la red, a las bandas reconocidas les sirve para resurgir artísticamente o para sumar seguidores en distintas partes del mundo. En el caso de los compositores e intérpretes independientes, la utilizan para difundirse. “En la mayoría de los casos, si te va bien musicalmente es porque la remás”, expresó Mauricio Mayer, “cantautor independiente del Río de la Plata”, tal cual él se autodefine. Como dijo Mauricio, el esfuerzo de los músicos no consagrados es mucho mayor en comparación a los grandes grupos o los solistas populares. El autor de los discos Pop Criollo y Kalma Karma es profesor de canto, pero aseguró tener amigos que trabajan en una oficina para poder sustentar su proyecto musical.
“Muchas veces nos endeudamos para poder editar el disco en formato físico”
El pianista tiene su propio estudio de grabación en Colegiales, donde además de dar clases y editar a otros artistas, produce sus trabajos. “En vez de usar el dinero en pagar un estudio para grabar, me compré monitores, una buena computadora, un micrófono, y lo acusticé y diseñé, estudiando acústica y algunas cuestiones técnicas”, manifestó el cantautor indie. Allí no pudo realizar su primer álbum debido a que todavía no estaba preparado para la ocasión, pero sí pudo hacer el segundo, Kalma Karma; en el cual participó Diego Frenkel, vocalista de La Portuaria. Ambos los editó en la Unión de Músicos Independientes (UMI) y los publicó gratuitamente en el sitio bandcamp.com, ya que considera que “la música es de dominio público, y que compartirla nos favorece a todos”.
Para su último trabajo, emprendió un proyecto de financiamiento colectivo para fabricarlo en formato físico, llamado crowdfunding, a través de la página idea.me. El docente comentó que “es una manera de contarle al público que, para un artista, es una inversión grande grabar un álbum”, y aseveró: “Muchas veces nos endeudamos para poder hacerlo”. Después de un mes de campaña, consiguió más dinero del que tenía estipulado y encargó la fabricación de los cd’s. “La gente tiene un disco gratis pero reconoce que es algo que construimos entre todos”, sostuvo el músico. Como gran parte de la escena independiente, aseguró que los venderá en sus shows, ya que a los artistas indies les “cuesta entrar a determinadas disquerías”. “La mayoría de las pocas que quedan, no tienen espacio o tenés que pertenecer a determinada distribuidora para que te acepten”, develó el cantante folk.
Además de la autogestión, existen sellos independientes que apoyan a los artistas como Mauricio Mayer. Lo es el caso de la UMI, que por medio de 30 convenios de descuento que satisfacen las necesidades musicales de los grupos, les permite editar un disco a un costo menor de lo normal. Entre los distintos acuerdos se encuentran diseñadores gráficos, estudios de grabación, de mezcla, de pasterización, fotógrafos y diseñadores web. Actualmente, la asociación sin fines de lucro reúne más de 5600 bandas asociadas, las cuales abonan $20 por mes. Esteban Agatiello, secretario de la Comisión Directiva de la Unión de Músicos Independientes, abogado y tecladista de Richter, con quien editó cuatro álbumes en UMI, en relación a los contratos con los estudios de grabación, señaló: “Se han hecho distintos convenios, la tarifa es del 15, 20 o 25% de descuento”. En referencia a la fabricación de las copias de los cd’s y su gráfica correspondiente, Agatiello expuso que las mil unidades cuestan aproximadamente $5 mil.
No pagues por música, descargala gratis legalmente
Muy alejada de las enormes compañías discográficas, otra productora independiente en crecimiento es Don’t Pay Music. A diferencia de las demás, DPM difunde sus artistas a través de su sitio en internet. “El sello surgió como una idea para poder promocionarlos sin la necesidad de caer en las empresas grandes que cobran por publicitarte y por editarte el disco”, aseguró Ariel Terreni, gerente de la productora. El encargado de la selección de los grupos que formarán parte de Don’t Pay Music, afirmó que los impulsan gratuitamente, “no se les cobra ni a los conjuntos ni a la gente para que consiga su material”. El contrato entre la discográfica y los músicos consiste solamente en que estos últimos autoricen la publicación del trabajo en la web.
Este año, la productora creada en 2009 por Martín Toledo, técnico de grabación y mezcla, y Manager General del estudio de grabación La Nave de Oseberg, editó Escalofrío II…La Conclusión, de la agrupación venezolana de heavy metal Gillman. Según Ariel, dicho álbum tuvo una “gran repercusión”. “Próximamente estaremos editando 23 Otoños, una banda importante del under de nuestro país”, adelantó Terreni, quien además, es aprendiz en el estudio de Toledo y guitarrista en un grupo de metalcore. La página de DPM no recibe menos de 5000 visitas diarias, dependiendo del día y de los movimientos de los artistas, y abarca, además de Argentina, a España, México, Venezuela y Estados Unidos, entre otros países.
Los parámetros de las estadísticas de ingreso de los usuarios al sitio y la repercusión a la que hizo alusión Terreni, no superan a la revolución que generó en los inicios del emprendimiento independiente el ingreso a sus arcas de Adrián Barilari y Juan Antonio Ferreyra (JAF); pero el cantante de Rata Blanca fue el más significativo. “Fue el primer artista que nos ayudó mucho, él tenía que resurgir su carrera”, contó el gerente, al tiempo que sostiene que la edición y publicación de su trabajo en Don’t Pay Music, Abuso de Poder, los benefició tanto a ellos como a Barilari.
Por su parte, el líder de la mítica banda de heavy metal nacional, que también tiene un proyecto solista en paralelo, manifestó: “Debido a la falta de interés por parte de los sellos discográficos, por la cuestión de la piratería, me puse a fabricar y a hacer un disco por mi cuenta junto a DPM”. El cantante destacó que su relación con la productora fue “muy buena”, ya que en el contrato, establecieron que el álbum le perteneciera sólo a él.
Barilari resaltó también la importancia de la distribución gratuita de música, porque “en la actualidad, si una empresa discográfica en Argentina te edita un disco, no sale del país”. “De esta manera, podés llegar a cualquier parte del mundo, que la gente escuche tu música y darte a conocer”, enunció el autor del éxito noventoso Mujer amante. Para el músico, la experiencia de publicar su material sin costo en la web fue “positiva”. En primer lugar, por las 30 mil visitas mundiales que recibió Abuso de Poder, por ser el más descargado en la historia de Don’t Pay Music y el interés que generó en otros países; y en segunda instancia, porque luego de que la compañía PopArt escuchara dicho material, le editó su cuarto trabajo en solitario, Barilari 4.
Argentina contra la piratería
Luego de lo que significó el Caso Napster, la piratería comenzó a ser un actor fundamental, con una repercusión negativa, en la venta de discos. Hoy, un álbum circula por internet días o meses antes de ser publicado, hecho que se conoce popularmente como “filtración”. En nuestro país, SADAIC, con su Departamento dedicado a combatir la piratería, trabaja tanto en la vía pública como en la red para frenar el avance de la venta ilegal. Por otro lado, la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF) opta por la organización de eventos para fomentar la compra legítima de material musical.
La piratería viola las leyes de Propiedad Intelectual, de Patentes y Marcas, de Contrabando y la Penal Tributaria.
“Al ser la única sociedad recaudadora de los derechos de autor en Argentina, es totalmente importante lo que hace respecto a la piratería”, mencionó Hugo Videla, Jefe del Departamento Antipiratería de la organización que nuclea a los autores y compositores argentinos de música. SADAIC, según Videla, recibe “innumerables” denuncias a través de su 0-800 y de su página web. Después de que el personal correspondiente se haga presente en el lugar para constatar la veracidad de la denuncia, comienza el proceso de desmantelamiento. “Se levanta de oficio al vendedor, se lo remite en calidad de demorado a la dependencia policial, se le secuestra el material con los testigos y lo confiscado se traslada al juzgado de turno. Luego, el juez dispone la destrucción del material”, explicó el Jefe de la sección, que trabaja en tándem con el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Las denuncias provienen de todo el país, y por mes, se llevan a cabo aproximadamente 400 procedimientos.
Para Videla, la venta ilegal de cd’s disminuye el poder adquisitivo de los autores y compositores; y al respecto, agregó: «Hoy, la piratería llega al 70% del mercado físico», es decir que 7 de cada 10 discos que se venden en Argentina son “truchos”. En nuestra región, la piratería viola la Ley 11.723 de Propiedad Intelectual, las Leyes 22.362 de Patentes y Marcas, la 22.415 de Contrabando y la 24.769 Penal Tributaria. El infringimiento de esta última, “no solo perjudica a la Sociedad, sino también al Estado Nacional”, destacó la máxima autoridad del Departamento.
En el caso de la distribución ilegal de música por internet, primero, se desmantela la página mediante la orden de un juez. Posteriormente, la investigación queda a cargo de la Policía Científica y las áreas dedicadas a combatir la piratería en las redes pertenecientes a la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura. Finalmente, se detiene a los administradores.
En “La Noche de las Disquerías”, se vende entre 3 y 10 veces más discos que en cualquier otra noche de jueves del mismo mes.
Las acciones realizadas por SADAIC son bastante disímiles en relación a las ejecutadas por CAPIF. “Buscamos fomentar las ventas legales a través de acciones positivas, como La Noche de las disquerías y los Premios Gardel. No tomamos una actitud represiva, sino que optamos por un mensaje constructivo que aleje al público de la compra ilegal”, relató Cecilia Sívori, encargada de prensa y comunicación de la institución que representa a los productores de música de nuestro país. En 2012, el evento que se organiza en la Ciudad de Buenos Aires y Rosario, Santa Fe, contó con más de 30 disquerías adheridas y más de 45000 personas asistieron a la cuarta edición consecutiva. “Los locales de música esa noche llegan a vender entre 3 y 10 veces más que cualquier otra noche de jueves del mismo mes”, aseguró Sívori.
Pese a las medidas tomadas por CAPIF para reducirla, el avance de la piratería parece irrefrenable. Según la representante de la Cámara, en la última década, la venta de discos en Argentina cayó un 43%. En referencia a esta problemática, detalló: “En 1998 se vendieron en el mercado local 24 millones, mientras que en 2008, sólo 15,9 millones”. Por otra parte, Cecilia sostuvo que en el ámbito digital, el nivel de ilegalidad «ascendió al 99%», y que a nivel mundial, el 95% de la música descargada en la web continúa siendo ilícita.
Piratería mató a la estrella de las disquerías
La clara disminución de la venta de cd’s en nuestro país, además de “perjudicar a los artistas y a todos aquellos involucrados en el eslabón de la producción de un álbum”, como la definió Cecilia Sívori, afecta a las disquerías. El caso más relevante es el de Musimundo, cadena que, en otros tiempos, fue la más importante en la comercialización de discos en Argentina. Actualmente, la realidad de la empresa es otra.
A pesar de la negación a brindar datos por parte de la encargada del Departamento de Marketing y Promociones de Musimundo, María Alejandra Vadell, el gerente de un local del Gran Buenos Aires y otro de Capital Federal, confiaron que la empresa se vendió a causa de la piratería. “La compañía santafecina Electrónica Megatone la compró en febrero de 2011, pero mantuvo el nombre
original debido a que los estudios de mercado le eran desfavorables”, contó el encargado de la sucursal bonaerense. Por su parte, el gerente del Musimundo porteño comentó que, en la actualidad, los cd’s representan el 8% de las ventas, y que el resto está conformado por accesorios, juegos y películas. Al mismo tiempo, manifestó que los artículos que más ganancia le dan a la firma creada en la década del ’70 por Natalio Garber, son los televisores y las notebooks.
Ambos coincidieron en que la piratería, sumada a la oferta de música ilegal por internet, llevó a Musimundo hace unos años a cerrar numerosos puntos de venta y a abandonar los megalocales, para en su reemplazo, ocupar establecimientos más chicos. Ahora, luego de “la devastadora gestión del fondo de inversión Pegasus”, como la calificó el encargado de Capital Federal a la dirección del propietario anterior, la disquería cuenta con más de 200 sucursales en todo el país. Pero la venta de discos no volverá a ser la misma. Por eso, los gerentes concordaron en el cambio obligado de la estrategia comercial a la que tuvo que atenerse la empresa. Los electrodomésticos y los artículos para el hogar, actualmente, son los que de a poco van produciendo el resurgimiento de Musimundo; que por cierto, de música, no le queda demasiado.